miércoles, 18 de mayo de 2011

Boccaccio y la difusión del humanismo italiano en Castilla

La traducción llamada Laberinto de Amor.

Roxana RECIO
Creighton University
ver: http://revistas.ucm.es/fll/11339527/articulos/CFIT0101220275A.PDF

4 comentarios:

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  2. Muchos escritores traducen textos, pero esos objetivos siempre tiene múltiples intenciones, y esos textos traducidos, no pueden dejarse de verse como arbitrarios, ya que el que traduce selecciona, y en esa operación se elige que textos traducir y que otros deben dejarse afuera; no en vano los textos transmiten pensamiento e ideología que busca reproducirse, y se convierten en reflejo de la cultura de época. Para ejemplificar más claramente estas cuestiones, debe pensarse porque durante el siglo XIX, y mitad del XX en America latina, los autores elegidos para tal fin, eran los autores europeos, asimismo también, en la época de Cervantes lo eran las novelas de caballería. Siendo esto la evidencia mas clara que la traducción, implica mas que un ejerció lingüístico.

    El tema del articulo sobre Bocaccio y la traducción, deja en claro esta circunstancia, ya que a través de la traducciones del autor del decamerón, y sobre todo del humanismo italiano, impregna el espíritu de la pastoril castilla medieval que hegemoniza la pluma de Petrarca. Y por ello el tópico del amor.

    Podríamos preguntarnos al respecto: ¿qué no vende más que el amor?, caso no tratamos de vivir entre lilas? o acaso Paris no lo sabia antes de raptar a Elena, o Ariadna antes de suicidarse sobre negros peñascos, o Werther antes de suicidarse, o la Maga al irse a Paris; o no lo sabia la literatura? Y lo que es más importante: no lo sabían las editoriales? Una cosa es cierta, el humanismo corría por los ojos de Castilla y de la futura España a través de los autores Italianos. Y los editores saben esto.

    Filocolo de Boccaccio, está dividida en cinco partes, llena de personajes, acciones y aventuras, cuyo eje central es la búsqueda de la amada por el amante. De esto se desprende porque este libro se halla traducido en varias lenguas en Europa, y sobre todo el capitulo IV. Las Trece cuestiones (del amor) -(en traducciones posteriores, a la primera que llevo el titulo Laberinto de Amor-, (de la cual es notable resaltar su estructura, con la estructura del Decamerón) tuvo el lexema laberinto como añadido debido al marketing de la época y al éxito editorial que pudiera lograr intentar resaltar lo intricado del tema a través del énfasis del titulo. Que luego dejo de usarse tras un replanteo de una mejor traducción y por lo tanto un acercamiento mas sincero y ético con el lector y el texto, que claro está, varia de editor en editor, y cuya primeras traducciones se deben haber ajustado mas a los textos de Petrarca, y a la poesía bucólica que generó este tipo de estética que se puso de moda en Europa. Por eso debe tenerse en claro que con el primer titulo se busca un efecto, y en el caso de quitar la palabra laberinto el traductor elimina la idea de narración y pasa a simplificar el tema que le importa destacar, que es el amor.

    Con las sucesivas revisiones, también se introduce la idea de reelectura del texto y de las traducciones que al avanzar los siglos, tienen una mirada mas critica (de época), y sostenida además, por la figura del lector, que busca una traducción más fiel, si se quiere de los escritos. Así los personajes de Bocaccio en traducciones posteriores, de prototipo pastoril del amor, estarán y podrán mostrarse mas cercanos al amor de tipo sexual y sentimental, que a los modelos de Petrarca usuales para el siglo XIV. Para concluir, debemos decir que el tipo de mirada, la de los traductores, con los agregados, las omisiones, y los cambios de visión del texto, responden a un criterio de embellecimiento del texto, que responde a un cambio de ideología, que se pueden compartir o no, pero si es evidente que son un reflejo cultural, de una perspectiva del mundo. Y este enfoque no es dado solo por la mirada de un hombre, sino, por la de una comunidad en una época determinada.


    Monje Claudio Marcelo

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  3. La Elegía de Madonna Fiammetta fue el modelo de la novela sentimental española del siglo XV, con títulos tan señeros como el Siervo libre de amor, de Juan Rodríguez del Padrón; la Historia de Grisel y Mirabella, de Juan de Flores; o Cárcel de amor, de Diego de San Pedro, por citar sólo algunos ejemplos. Ciertos rasgos propios de este género pueden hallarse también en La Celestina, de Fernando de Rojas.
    En la primera mitad del siglo XV, el Arcipreste de Talavera compuso una obra imitando el Corbacho de Boccaccio, con el mismo nombre y el mismo tono antifeminista, notable por la recreación del lenguaje popular.
    Dos obras de Boccaccio, la Comedia de las ninfas florentinas, y el Ninfale fiesolano, pueden considerarse precursoras de la novela pastoril, género, que, gracias a la repercusión de La Arcadia, de Jacopo Sannazaro, tuvo un gran desarrollo en la literatura europea del siglo XVI. En España, pueden citarse La Diana (1559), de Jorge de Montemayor; La Diana Enamorada (1564), de Gaspar Gil Polo; La Galatea (1585), de Miguel de Cervantes; y La Arcadia (1598), de Lope de Vega.
    La obra más influyente de Boccaccio fue sin duda el Decamerón. En España,la primera traducción de la obra es la anónima catalana de 1429, conservada en la Biblioteca de Cataluña en un manuscrito único, mientras en la biblioteca de El Escorial se conserva el manuscrito más antiguo de la obra en lengua castellana, de mediados del siglo XV, que sin embargo incluye sólo la mitad de los cuentos del original y elimina completamente el relato que sirve de marco a las historias en la obra de Boccaccio.2 La primera edición castellana completa de la obra data de 1496, en Sevilla; siguieron después las de Toledo (1524), Valladolid (1539) y Medina del Campo (1543). Desde entonces han sido numerosísimas las ediciones de la obra. El género del relato o novela corta —del italiano novella, que pasó al español como «novela»— tardó en cuajar en la literatura castellana. Son obras claramente deudoras del Decamerón las Novelas ejemplares (1613), de Cervantes, o las Novelas a Marcia Leonarda (1621–1624), de Lope de Vega.

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  4. La palabra es el mejor medio, a diferencia de otros signos, para plasmar la ideología de un grupo social determinado, situado en un momento histórico determinado; el trabajo evidencia los factores que intervinieron en la traducción de Filocolo obra de Boccaccio en la España de esa época, tal es el caso por ejemplo de la traducción de la Arcadia que asienta un genero de traducción

    la traducción de un texto por lo tanto se encuentra determinada por los parámetros de la época, en cuestión de gustos del receptor y en tradición, en términos de traducción, en este sentido la autora apunta a parámetros en cuanto recepción y culturales



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